Este tipo de dietas se focaliza en el consumo de alimentos ricos en proteínas los cuales tienen gran poder saciógeno. Normalmente, los hidratos de carbono son la fuente energética preferida por el organismo. Pero, en el caso de este tipo de dietas donde se restringen drásticamente los hidratos de carbono, el organismo recurre a un estado metabólico llamado “cetosis”, proceso por el que el cuerpo quema su propia grasa para obtener energía. A mediano plazo, este fenómeno puede causar fallas en ciertos órganos y provocar gota, cálculos renales o falla renal. Generalmente, cuando una persona padece cetosis siente menos hambre y, en consecuencia, ingiere menos alimentos (a la vez presenta mal aliento).
Para la mayoría de las personas sanas, la dieta proteica no es dañina siempre y cuando se siga durante unos pocos meses. Incluso ayuda a descender de peso. Sin embargo, a largo plazo, este tipo de dieta puede provocar ciertas alteraciones en el organismo como:
- Problemas en el hígado y renales debido a que se sobrecarga al organismo cuando se intenta eliminar todos los productos de desecho del metabolismo proteico.
- Deficiencias nutrimentales por la falta de fibra lo que puede derivar en constipación o diverticulitis. A la vez se puede incrementar el riesgo de padecer cáncer de colon. Además, por el hecho de comer proteínas se tiende a dejar de lado los vegetales, cereales, legumbres, pastas y otros alimentos saludables lo que puede llevar a carencias de nutrientes esenciales como vitaminas y minerales.
- Aumento del riesgo de enfermedad cardíaca porque, como en estas dietas no hay una firme restricción de grasas, se promueve el consumo de alimentos ricos en ellas como carnes, fiambres, quesos y lácteos enteros.
- Posible pérdida de masa ósea. El exceso de proteínas ha sido relacionado con la pérdida de masa ósea porque cuanto más proteínas se consumen, más calcio se excreta, algo que aun los científicos no han logrado comprender.
- Aumento de peso. Si se consumen más proteínas de las que realmente el organismo necesita, se puede ganar peso. De hecho, si se consume más calorías diarias que las necesarias, aunque provengan de las proteínas, el organismo las guardará como grasa.
- Deshidratación. Al contar con un exceso de proteínas, el organismo necesita más cantidad de agua para eliminarlo.
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